La onicocriptosis ocurre cuando un extremo de la uña se introduce en la piel del dedo, lo que se llama comúnmente “uña encarnada” (aunque lo apropiado sería “uña incarnada”). Puede tener varias causas, como cortarse las uñas de forma incorrecta o usar zapatos muy apretados, entre otras.
Si la uña encarnada provoca una herida, existe el riesgo de que se infecte y se forme un absceso (inflamación de los tejidos con acumulación de pus).
Es importante acudir con frecuencia al podólogo para controlar el correcto crecimiento de la uña, así como recibir las indicaciones y el asesoramiento del profesional en cada caso. El podólogo será el encargado de determinar si se continúa con un tratamiento conservador o se realiza una cirugía ambulatoria para resolver el problema de forma definitiva.
El tratamiento quirúrgico consiste en hacer una pequeña intervención de carácter ambulatorio. Este tratamiento se aplica cuando hay presencia de granuloma o cuando los métodos conservadores no son suficientemente efectivos.
Hay distintas técnicas para operar una uña encarnada, pero la matricectomía química es una de las más eficaces.
El resultado esperado es una uña en la que el lado intervenido no vuelve a crecer y que tiene un buen aspecto estético.